opio...

Esquirlas de aire, arcano indescifrable, en el jardín de mis delicias pertenezco a la brisa.

Inhalo la niebla que flota en el Ganges, el aceite de incienso nos servirá de consuelo.

De terrenal sabrás lo celeste, que mejor que saber de lo simple para entender y experimentar lo sagrado; qué es lo que se ha de hacer cuando se tiene algo que no se buscaba, algo que al principio no se deseaba pero que con el tiempo no se quiere perder. Siempre es el tiempo aquel que se encarga de trastornar el pensamiento, de modificar la visión y nublar el juicio; cuanto mas se empeña uno en tratar de dilucidar las cosas más complicadas se hacen estas.

Esquirlas de aire, arcano indescifrable; solo en el devenir del tiempo es que se llega a entender aquello que en inicios es incomprensible e inexplicable; lamentablemente las ideas solo se aclaran cuando ya todo está hecho, cuando ya todo está consumado, haya sido para bien o para mal; pero siempre al final. Sería un don invaluable el poder saber qué es lo que el futuro depara para el destino de cada persona, saber qué consecuencias y que efectos tendrán las decisiones que se toman a cada instante y poder elegir con la guía de la razón aquellas cosas que precisamente requieren de la irracionalidad para poder adquirir su verdadero valor y por tanto su esencia.

En el jardín de mis delicias, pertenezco a la brisa; esa libertad invaluable en el proceder, la libertad de vivir en el propio mundo, aquel único lugar que puede ser llamado hogar; volviendo a la anterior y constante idea de tiempo. Que es lo que pasa cuando el tiempo nos cambia y empezamos a olvidar esas primigenias ideas de las que disfrutamos en muchas ocasiones solo cuando nuestra infancia nos acompaña; que es lo que pasa cuando nos traicionamos a nosotros mismos y nos dejamos atrás tan solo por la falsa idea de una madurez ideal en la que ya no hay lugar para el idealismo. Una pregunta que se deja abierta a una posible respuesta futura...

quimeras III - prsfl

febrero de 2009