Y aferrarse a una idea tan frágil y tan predecible que en un instante inimaginable logra deshacer sin el menor aviso todos los preceptos concebidos hasta el momento.
Iniciar un viaje regido por lo imposible, por utopías y quimeras a las que se entrega la voluntad y en cierto sentido el destino propio.
Todo sea por el renacimiento de aquellas cosas que ya empezaban a ser olvidadas y condenadas a desaparecer; por la esperanza de encontrar una sonrisa.
Por la intención de vivir el momento y acogerme a esa poderosa e inquieta idea que hoy me permite vivir.
La idea sobrevive, su camino toma sentido, el caos se hace realidad; es el orden imperfecto del desorden, es perfecto.
Rectificando las líneas de nuestras manos?....
...las lineas del caos
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